'¡Qué miedo vivir en Veracruz!'

Carlos Álvarez Acevedo @CarlosAlvarezMX

“Yo nací con la Luna de plata y nací con alma de pirata / he nacido rumbero jarocho, trovador de veras / y me fui, lejos de Veracruz / Veracruz rinconcito donde hacen su nido las olas del mar / Veracruz pedacito de Patria que sabe sufrir y cantar / Veracruz son tus noches diluvio de estrellas palmera y mujer / Veracruz vibra en mi ser / algún día hasta tus playas lejanas tendré que volver”.

Esta estrofa forma parte de la melodía escrita por el maestro Agustín Lara, quien era originario de Tlacotalpan, un municipio situado en el sureste del estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, una entidad que bordea el Golfo de México. Un santuario contrastante que cuenta con playas y con la cima más alta del país, el Pico de Orizaba, un majestuoso volcán inactivo.

Su gran historia nos remite hasta el Puerto homólogo, fundado por Hernán Cortés en 1519, con el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz, base para la posterior conquista española sobre el Imperio Azteca y que en la actualidad alberga un exuberante carnaval, el más famoso en México, además de ser una ciudad cuatro veces heroica por decreto presidencial, a raíz de haber enfrentado cuatro distintas invasiones extranjeras, entre ellas la de Francia y la de Estados Unidos.

Antes, en la época prehispánica, habitaron las civilizaciones olmeca, huasteca y totonaca. Tras la Independencia de México, fue una de las entidades federativas originales, la séptima en orden de creación. Veracruz es rica en biodiversidad, cultura e historia. Su economía es pujante. Tiene su fortaleza en la agricultura, la pesca, en el comercio, en el transporte, en la industria siderúrgica, y en el turismo. 

No por nada el Puerto de Veracruz es conocido como “La Puerta de México al Mundo”, ya que es y ha sido el más importante del país, y porque durante 250 años fue el único puerto por el cual podían entrar y salir mercancías de América Continental hacia Europa. Sin embargo, Veracruz también es muy pobre. Su pobreza radica en su fracaso político, ya que gobernador tras gobernador, del partido que sea, todos han mostrado su mezquindad. 

Veamos nada más, los últimos seis, del año 98 del Siglo pasado a la actualidad. El primero de esa lista: Miguel Alemán Velasco, hijo del presidente de la República más corrupto que hemos tenido en México y cuyo respectivo vástago está hoy prófugo de la justicia por defraudación fiscal. Le siguió Fidel Herrera Beltrán, que con su frase “estoy en la plenitud del pinche poder” lo resume todo. 

Luego vino el impresentable Javier Duarte de Ochoa, sin palabras que agregar. Después llegó Flavino Ríos Alvarado, que encubrió a su antecesor para que este pudiera escapar y por eso estuvo también en la cárcel. Con él se acabaron los gobiernos del PRI. Llegó la transición con el panista Miguel Ángel Yunes Linares, que a pesar de su nepotismo y su presunta corrupción, parece ser un niño de pecho al lado de Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, quien será gobernador, lamentablemente, hasta el 2024.

Este aprendiz de dictador tropical, emula al recién reelecto presidente nicaragüense Daniel Ortega, encarcelando a todos los opositores y líderes de la sociedad civil que considera le hacen sombra o de los que quiere vengarse. Para ello utiliza el delito de ultrajes a la autoridad, mismo que en marzo del 2016, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional, pero que en marzo de este año, fue incluído en el Código Penal veracruzano, impulsado por el gobernador.

La gota que derramó el vaso fue la detención -por la comisión del presunto delito de homicidio doloso calificado-, de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República (la JUCOPO), que entre sus funciones tiene la de impulsar la conformación de acuerdos, a fin de agilizar el trabajo legislativo.

Este personaje, además, está ligado al poderoso y presidenciable senador Ricardo Monreal, cuya frase: “Pobre Veracruz, tan lejos de la justicia y tan cerca del autoritarismo”, engloba todo lo que vendrá en fechas próximas dentro de la nueva pugna nacional, que ahora enfrenta a sectores de Morena, que se alían con Movimiento Ciudadano, en una clara coyuntura electoral hacia el 2024, a nivel estatal y federal. Ya hasta amagan con desaparecer los poderes en dicha entidad, por violaciones a los derechos humanos y abuso de poder.

Es que la falta de autonomía y el uso faccioso de los órganos de procuración y de impartición de justicia veracruzanos, no sólo afecta a Morena, también al presidente López Obrador, quien ya salió en una de sus mañaneras, de forma inverosímil, en defensa de Cuitla -cuya etimología en náhuatl, es la de un verbo que deriva metafóricamente de "excremento”-, un gobernador que más bien parece un sátrapa, cuya definición en el Diccionario de la RAE es la de una “Persona que gobierna despótica y arbitrariamente, que hace ostentación de su poder”.

Por último, quiero decir que esta columna de opinión está dedicada a los periodistas asesinados en Veracruz, a mis apreciados colegas. Según datos de Artículo 19 -recabados hasta agosto del 2021-, se mantenía como el estado más peligroso para ejercer el periodismo en México, con 25 de los 83 asesinatos registrados del 2011 a dicha fecha. Por eso yo no podría ir ni de turista a dicha entidad. ¡Ay veracruzanos!, qué miedo vivir entre tanta violencia, bajeza y ruindad política. Pobres, pobres, pobres, allí no aplica el eslogan de “Primero los pobres”.


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