En 314 días, Xóchitl debe “noquear” a AMLO o aguantar hasta el último round

 Carlos Álvarez Acevedo @CarlosAlvarezMX

“El tiempo es el gran autor. Siempre escribe el final perfecto”, dijo, alguna vez, el artista británico Charles Chaplin. Si lo vemos desde un sólo ángulo, eso es lo que nos sobra en materia electoral en México, debido a que nos faltan 314 días para la elección del 2 de junio de 2024, en la que se elegirán más de 2 mil cargos públicos, siendo el más importante de ellos, el de presidente de la República.

A reserva de decir una obviedad, en ese tiempo todo puede suceder. Podría pasar, por ejemplo, que Xóchitl Gálvez, la puntera de las últimas encuestas dentro de los aspirantes del Frente opositor, fuera la seleccionada o la elegida para ser la representante del mismo, por lo que, por consecuencia, sería la candidata a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.

Si ese fuera el caso, dentro de ese largo camino que todavía falta por recorrer, Xóchitl Gálvez tendría que sortear muchos obstáculos que, primero, le pondrían sus adversarios, pero en segundo caso, serían piedras en el camino que le dejarían sus propios seguidores, entre ellos el impresentable ex presidente Vicente Fox.

Haciendo un paréntesis en esta opinión, qué vergüenza me da haber tenido como mandatario nacional a un analfabeta funcional y visceral como el guanajuatense. Un lastre de la democracia que engañó a millones de mexicanos con su falsa promesa de cambio. Los publicistas nos lo vendieron como la última Coca-Cola del desierto, pero sólo resultó ser un refresco pirata, como los que venden en Iztapalapa.

De lo poco rescatable de su Gobierno, fue que antes de comenzar, los ‘head hunters’, o cazatalentos, lo ayudaron a integrar a personajes valiosos a dicha Admnistración, como fue el caso de Xóchitl Gálvez, que aunque se tardó casi un día en deslindarse del xenófobo y racista tuit de Fox contra las “corcholatas” de la “4T”, al final lo hizo y demostró que ya cuenta con un equipo de resolución de problemas.

Si Xóchitl Gálvez realmente pretende ser una candidata competitiva y, a la postre, mandataria nacional, debe de estar preparada para los cientos o miles de imponderables que surgirán en los 314 días que restan para la elección del 2 de junio de 2024. De entrada, en cuatro semanas que realmente lleva en la contienda, ha podido sortear algunos, muy rudos, como los lanzados desde Palacio Nacional.

La senadora hidalguense le ha dado la vuelta a las acusaciones de López Obrador, de ser una títere o pelele de la oligarquía mexicana, liderada por Claudio X. González, el propio Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos o Carlos Salinas de Gortari. También ha respondido bien a los ataques de supuesto tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito, a través de la ilegal y punible difusión de los datos fiscales de sus empresas de ingeniería.

Asimismo, Xóchitl Gálvez ha revertido como un bumerang, la burla misógina del político tabasqueño, de que ella no más que un globo desinflado o que pasó de un origen humilde de vender gelatinas o tamales, a ganar cientos de millones de pesos como empresaria y poder vivir en Las Lomas de Chapultepec. La legisladora hidalguense también pudo darle la vuelta a la tortilla, a los machistas comentarios emitidos por los seguidores de López Obrador, de que ella no es una verdadera indigena o que es una simple botarga.

Hasta el momento, sus seguidores la han respaldado, pero aún falta mucho golpeteo en contra de Xóchitl Gálvez. Seguramente los de la “4T” explotarán el tema de que su hermana está presa desde hace muchos años -sin sentencia-, por ser presunta cómplice de un secuestrador, que también fue su pareja sentimental. A la senadora le sacarán muchos trapitos al Sol y lo que no sea cierto, o de lo cual no tengan pruebas, se lo inventarán. Al fin y al cabo los de la “cuarta transformación” ya demostraron que para eso se pintan solos. 

Aunque será una madriza para ambos, no queda de otra que aguantar y seguir boxeando, hasta que el ‘referee’ silbe el final del último ‘round’ o que, antes, Xóchitl noquee al tabasqueño, para acabar de una vez por todas con el nefasto régimen político actual. Ya que como escribió el inconmensurable Miguel de Cervantes Saavedra, en el Capítulo XVIII, de la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’: “Cosas imposibles pido, pues volver el tiempo a ser, después que una vez ha sido, no hay en la tierra poder, que a tanto se haya extendido”.

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