Carlos Álvarez Acevedo @CarlosAlvarezMX
Según el Diccionario del español de México, editado por el COLMEX, una “chicanada” significa: “acción retardataria en un proceso jurídico o legislativo, cuyo objetivo es obstaculizarlo y manipularlo”.
Mientras que la palabra “huizachero”, también utilizada por López Obrador, se refiere a todas las personas que se creen abogados, sin tener los conocimientos previos, ni la preparación necesaria para llevar a cabo su labor.
El político tabasqueño, quien tardó 14 años en titularse y obtuvo un bajo promedio en la UNAM, donde, por cierto, se graduó de la Facultad de Ciencias Políticas, ni es abogado, ni mucho menos es experto constitucionalista.
Por ello, hay que escuchar a quienes sí saben del tema y militan en Morena, entre ellos la senadora Olga Sánchez Cordero -ministra en retiro de la SCJN-, la cual consideró que los eventuales cambios a las leyes secundarias, se tendrían que "cuidar mucho", para no contravenir la Constitución.
Por su parte, Ricardo Monreal Ávila, coordinador del grupo legislativo de Morena en el Senado, aclaró que para modificar el número de integrantes del Congreso de la Unión y la composición del INE se requiere de una reforma constitucional.
Misma que no se podría hacer reformando leyes secundarias. Asimismo, el presidente de la JUCOPO del Senado dijo que por la vía de reformas a leyes secundarias, tampoco se podrían modificar los principios de representación proporcional y mayoría relativa.
Monreal Ávila dijo que es previsible que en caso de que la mayoría de Morena en el Congreso apruebe reformas a leyes secundarias, la oposición, que representa el 33 por ciento de las cámaras, acudirán a la SCJN, como hicieron en en materia de seguridad pública.
En tanto que Sergio Gutiérrez Luna -ex presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro y ex representante de Morena ante el INE- reconoció que el “plan B” para transitar hacia una reforma político-electoral, implica “perder 90 por ciento” de la propuesta impulsada por López Obrador.
De las decenas de iniciativas que se discuten en la Cámara de Diputados, la principal es la reforma electoral impulsada por AMLO y Morena, misma que es de carácter constitucional y, por ese motivo, se requiere de mayoría relativa.
Es decir, dos terceras partes de la Cámara baja, mismas que no tienen Morena y sus aliados. En cambio, las modificaciones relativas se pueden aprobar con mayoría simple, con la que sí cuenta el oficialismo.
Por lo tanto, la mayoría de Morena y sus aliados tienen todo para que, en el momento que quieran, convoquen a los diputados a que voten leyes secundarias, aún brincándose todos los procesos legislativos y parlamentarios pertinentes.
A pesar de ello es importante reiterar que ninguna de las propuestas del presidente López Obrador en materia electoral podrían implementarse con legislación secundaria, ya que se necesitan modificaciones en la Constitución.
Por ello es importante pedirle a los legisladores de la oposición en el Congreso de la Unión, que sostengan una alianza para la defensa del INE, y que así Morena no tenga las dos terceras partes necesarias para realizar cambios constitucionales.
Insisto: no hay forma de que pase la propuesta de Morena en el Congreso y el político tabasqueño lo tiene bastante claro. La oposición no debe dividirse, ni caer en la trampa de morder una manzana envenenada, que mataría la democracia.
0 Comentarios