AMLO, en el preludio del ocaso

Carlos Álvarez Acevedo @CarlosAlvarezMX

No es nada más el número de años a cuestas -69-; tampoco es sólo su mermado estado de salud -dejado al descubierto por el hackeo de la Guacamaya-; ni siquiera es el doble discurso entre el AMLO del pasado y el presente. 


El mandamás nacional se gastó, al menos, la mitad del bono democrático ganado en las urnas del 2018. Él dice que, todavía al cuarto año de su Gobierno, lo apoyan 7 de cada 10 mexicanos. 


Pero eso es otra falacia entre las miles que ha dicho el político tabasqueño sistemáticamente. Porque si usted sabe sumar, conmigo y con muchos otros no cuente. De ese número hay que restarle al menos un dos.


Las encuestadoras, las que se consideran serias, tienen otros datos. AMLO ya es como el club América, o lo amas o lo odias. Su política completamente binaria logró su primario objetivo: dividir al país. 


Fifís, conservadores, aspiracionistas, señoritingos, pirruris, son algunos, entre muchos, de los epítetos que el tabasqueño suele enlistar, durante sus ya cada día más soporíferas conferencias, diálogo “circular” entre él y los youtubers.


La decadencia física, mediática y política de AMLO es natural. La primera por la edad y sus múltiples achaques, que él mismo ya confesó. La segunda por el cansancio que provoca ya en muchos de los ciudadanos.


De los que no militaban en su “efectivo” movimiento (por lo del uso de ‘cash’, obvio). La tercera razón del ocaso del político tabasqueño, en el rubro político, es por adelantar con tanto margen la sucesión presidencial. 


Al abrir tanto el abanico de posibilidades, no sólo despertó los apetitos más voraces de sus subordinados, sino también las envidias de los no favorecidos con la bendición “mañanera”.


Esto dio paso, también, a aumentar el “umbral del dolor” del movimiento que AMLO parió desde sus rencorosas entrañas. En realidad Morena debió llamarse Movimiento del Rencor Nacional.


Es bien sabido que el que odia hacia afuera, también lo hace hacia adentro. Al verse en el espejo, Morena observa el reflejo de todo lo que supuestamente no le gustaba durante el proceso de intentar obtener el poder. 


Las peores prácticas del priismo y el perredismo -su padre y su madre-, son llevadas a cabo en el partido que el político tabasqueño fundó y dirigió. Ello a pesar de que no se cansaron de afirmar que ellos eran diferentes.


Al menos tres prominentes políticos que militaron o militan en el movimiento del presidente, han reconocido que Morena tiene un serio riesgo de perder el poder en las elecciones del 2024. 


No porque sus opositores sean más fuertes o populares. Sino porque la división interna sería su propio harakiri. Al interior, Héctor Vasconcelos o Ricardo Monreal ya advirtieron que las pugnas del partido oficialista no preludian nada bueno.


Al exterior, personajes tan importantes como Porfirio Muñoz Ledo, el que le colocó la banda presidencial a AMLO -ni más, ni menos-, además de que contendió por la Presidencia de Morena, han ido más allá en sus análisis.


El decano político -al que sólo le faltó en su amplia trayectoria, ser presidente de la República- aseguró que la marcha en defensa del INE, del domingo 13 de noviembre de 2022, marcará “el principio del fin” de López Obrador. 


La llamada “Marcha por la democracia: El INE no se toca”, hizo enojar a AMLO. Será llevada a cabo el mismo día de su cumpleaños y la convocan sus opositores, a quienes tachó, durante 4 días consecutivos, de “hipócritas”, “clasistas” y “racistas”. 


A partir de hoy inicia el conteo regresivo para el final político de López Obrador. Ni él, ni los miembros de su movimiento, pasarán a la historia como los transformadores que dijeron ser. 


Aún así, deseo un feliz cumpleaños para el presidente, y a manera de regalo, dedico, a usted y a los militantes de Morena, un fragmento de la canción ‘La Belleza’, de Luis Eduardo Aute, un hombre, que -él sí- trascendió por su obra.


‘Míralos como reptiles al acecho de la presa

Negociando en cada mesa maquillajes de ocasión

Siguen todos los railes

Que conduzcan a la cumbre

Locos, porque los deslumbre

Su parásita ambición

Antes iban de profetas

Y ahora el éxito es su meta

Mercaderes, traficantes

Más que nausea dan tristeza

No rozaron ni un instante

La belleza’.


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