“Alito”, o el voto útil de un priista inútil

Carlos Álvarez Acevedo @CarlosAlvarezMX

Alejandro Moreno Cárdenas, conocido en el bajo mundo político como “Alito” el traidorcito -así, en diminutivo, pequeñito, como el nivel de su moral y de su ética-, es un sujeto que jamás le ha servido en nada a México.


No le sirvió al país ni como síndico de Campeche, ni como dos veces diputado federal, ni como senador. No se le recuerda ninguna iniciativa importante o trascendente. Tampoco hizo nada por su entidad cuando fue gobernador. 


De hecho, su sucesora, Layda Sansores, lo exhibió hasta el cansancio, durante su conferencia semanal del “Martes del Jaguar”, por la evidente corrupción que Moreno Cárdenas cometió durante su Administración estatal. 


Bueno, eso hasta que el actual presidente del PRI encontró una moneda de cambio al apoyar a Morena con la militarización de la vida nacional, que con todo su corazón deseaba el presidente López Obrador.


El Judas Iscariote priista vendió al mejor postor, la aberrante alianza que tenía con el PAN y PRD, lanzando -a través de sus testaferros en San Lázaro-, la iniciativa para que las Fuerzas Armadas continúen en las calles hasta el 2029.


Bastó un cuchicheo al oído de Adán Augusto, el titular de la SEGOB -durante la entrega del IV Informe de AMLO en San Lázaro- para que “Alito” se doblara y traicionara a los poquísimos mexicanos que aún creían en el PRI.


Al vender su voto a la “4T” -junto a su grupo de 40 legisladores (tan sólo por redondear un número)-, a este moderno Ali Babá tropicalizado le serán perdonadas todas sus fechorías y posibles delitos.


“Alito” -un hombre sin aptitudes intelectuales, rey del hazmerreír-, pertenecerá desde ahora a la “4T”, esa que transforma a los pillos en santos. Y desde dicha palestra, escupirá con su soez lengua, muchas opiniones, con cero convicciones.


Tampoco es que los militantes del Revolucionario Institucional sean los salvadores de la Patria, pero, por lo menos, lograron, en su momento, contener junto a otros partidos de la oposición, la reforma eléctrica de AMLO en San Lázaro.


Sin embargo, y a pesar de ello, “Alito” el traidorcito será el sepulturero del PRI y le entregará su osamenta a la “4T”. Y es que Moreno Cárdenas no ha sido más que el administrador del desastre priista a nivel nacional.


Su paso en la dirigencia será recordado como uno de los más perdedores en la historia del Partido que se fundó en 1929, ya que redujo a cenizas el poder hegemónico que el PRI tuvo durante el siglo XX.


Cuando “Alito” llegó a la Presidencia de dicho Partido, el PRI gobernaba 11 entidades. Pero ahora sólo tiene tres, y una en alianza. Además de que el próximo año podría perder Coahuila y el Estado de México.


Asimismo, durante lo que va de la dirigencia nacional de Moreno Cárdenas -que comenzó en 2019-, el PRI perdió 78 % de sus afiliados, al caer de 6.4 millones de militantes en la última elección presidencial, a 1.2 millones en la actualidad.


“Alito” es pues, un sinvergüenza corrupto -esto lo dice la actual gobernadora de Campeche, militante de Morena-, que entregó los huesos roídos del PRI al presidente López Obrador, que se los saborea en un delicioso puchero tabasqueño.


Si los fundadores Plutarco Elías Calles, o Lázaro Cárdenas del Río, o Manuel Ávila Camacho, aún vivieran, al ver en lo que ha convertido Moreno Cárdenas al otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional, pues se volverían a morir.


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